sábado, 28 de diciembre de 2013

La tabla periódica

La tabla periódica de los elementos son esos recuadritos que se aprenden al estudiar química.


Es una manera de representar toda la materia conocida. Toda la sustancia que podamos encontrarnos en el mundo nos dicen que está ahí, en esos rectangulitos. Lo que ocurre es que, al estar puesta así, en filas y columnas, nos representa la realidad de una forma un poco... cuadriculada.


La tabla ya apareció en el blog al hablar del Ocho, porque cuando son ocho los electrones de las capas superiores de un átomo, éste es tremendamente estable y pertenece a la columna VIII, la de los gases nobles.

En la tabla periódica, cada átomo tiene un protón más que el anterior. Ese protón marca la diferencia entre el hidrógeno y el helio, entre el cloro y el argón.

Entonces, para representar esa progresión, ¿no sería mejor una espiral?

Podéis poner manos a la obra, os quedará algo así.


¿Cuál será la diferencia entre una espiral, de construcción casera, y unos cuantos rectángulos dibujados por un químico que no conozco? Pues la misma que hacer un bizcocho en el horno de casa, o comprar una tarta en la pastelería: hacer algo con las propias manos informa a las manos, a la cabeza, y al corazón… Por eso mi insistencia en que hay que coger el compás, y no sólo el ordenador, para entrar en la geometría.

Recomiendo el libro de Theodore Gray  The Elements: A Visual Exploration of Every Known Atom in the Universe, un compendio de curiosidades y fotografías preciosas. También lo encontraréis traducido al castellano.


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