sábado, 20 de abril de 2024

El laurel, una planta no solo china

El laurel, Laurus nobilis, se llama Yue Gui en chino.

Antiguamente se consideraba una planta importante, incluso reservada para según qué usos. No en vano se les ponían coronas de laurel a los mejores. 

Aquí la empleamos para promover la digestión, para añadirla a las lentejas. Se le atribuyen virtudes protectoras: hay quien la cuelga a la entrada de casa.

También despeja el Pulmón, mueve la Sangre (promoviendo la menstruación y sanando magulladuras) y es un antiparasitario. Entre otras muchas propiedades.

Es una planta solar. Protege reforzando la luz, la funcionalidad y la integridad desde dentro. Por eso ayuda a digerir y respirar bien, a mover la Humedad que podía atascarnos un sistema o una articulación, a descenderla o centrifugarla para expulsarla.


Arde sin parar, tanto seco como acabado de cortar. Sus flores y sus bayas son tan preciosas como sus hojas.

He remarcado sus propiedades respecto de la Tierra usando geometrías del Cinco y el Diez.

viernes, 19 de abril de 2024

También en Instagram

 Copio los últimos diseños que están también en Instagram, para que se puedan ver también en este blog.























jueves, 11 de abril de 2024

Pintar mandalas

A veces, cuando muestro las geometrías que dibujo y pinto, alguien me dice: ah, coloreas mandalas. 

Sí y no. 

Primero: colorear es importante, pero trazar el diseño también. Si solamente coloreo, me estoy perdiendo la mitad: la parte de escoger el número y la geometría que quiero, el acto de trazarla y decidir qué líneas necesito: qué curvas, qué rectas.

Segundo: un mandala es, al menos etimológicamente, una rueda. Las ruedas tienen radios, y simetría radial. Por ejemplo, si una rueda tiene doce radios, puedes girarla doce veces hasta volver al inicio. Y en cada uno de los doce puntos de ese giro, la rueda tiene el mismo aspecto. Si se introducen elementos que no tienen esta simetría radial, entonces no creo que se pueda hablar de mandala. Estos dos diseños no son mandalas:



Por último, hay unas técnicas clásicas para dibujar mandalas. Los pétalos en punta o redondeados, los círculos concéntricos, las líneas rectas seguidas de puntitos... son fruto de las distintas culturas que han usado estos diseños en forma de rueda. Mayormente, desconozco estas técnicas, por lo que no me atrevería jamás a decir que dibujo y pinto mandalas.

Evidentemente, hay diseños que sí se podrían llegar a calificar de mandalas, como éstos:



Más allá de los nombres, la potencia de la geometría existe. Lo interesante, en términos de Aristóteles, ¡es pasar de la potencia al acto! Pasar de la potencia que esa forma lleva implícita, al acto que esa forma propicia: a la función que esa forma incita y apoya.

En potencia, cualquier geometría nos aporta información. Circulamos por el mundo absorbiendo lo que las formas nos comunican. Pero si lo dejamos en un acto inconsciente, pasivo, nos perdemos la posibilidad de crear nuestra propia geometría, nuestra propia información, a voluntad. Nos dejamos in-formar por las formas que nos vamos encontrando, irremediablemente y sin ni siquiera saberlo.

¿Y cómo podríamos aprovechar la geometría a nuestro favor? ¿Cómo utilizar su potencia, actualizándola conscientemente? Pues aquí, lo importante es precisamente la consciencia. Pasar de no enterarse a sí darse cuenta.

Entonces podemos escoger una geometría para que nos ayude a hacer lo que queramos hacer. Da igual dónde la encontremos. 

Si no la encontramos, podemos dibujarla y pintarla nosotros mismos. Así nos aseguramos de que hará aquello que necesitamos. Cuando usamos la mano para este propósito, también usamos el corazón y la mente. Es la tríada alquímica del mercurio, el azufre y la sal: arriba, en medio y abajo. No es una actividad menor. 

Y, volviendo al principio, no es lo que mucha gente entiende por colorear mandalas para olvidar el estrés. 

Por favor, démosle a la geometría el lugar que le pertenece. Usémosla para comunicar arriba y abajo, para recrear la belleza, para experimentar la verdad de cada forma y de sus funciones asociadas.



domingo, 31 de marzo de 2024

Red de geometría itinerante


Hace más de un año que empecé a dar geometrías. 

Al principio era algo que me hacía sentir incómoda: notar cómo un número podía convenirle a alguien, dibujarlo y ofrecérselo. Sin saber cómo esa persona se tomaría la propuesta, si querría o no meter ese número en su vida, en su casa, en su campo visual.

Luego, encontré un paquete de sobres para CDs. Les cabía una cartulina cuadrada de 11 o 12cm de lado. Pensé que era un formato cómodo de transportar. Pensé que no tenía otros planes para esos sobrecitos. Pensé también que disponía de muchos sellos, venidos de una colección familiar. Así fue como nació la idea de que las geometrías viajasen. Papel, sobre, sellos: todo estaba a punto.

El giro de tuerca fue darme cuenta de que, quizá, las geometrías podían seguir en movimiento para siempre. Es decir, que cuando la persona sintiese que ya había terminado de usar esa geometría, que ya no necesitaba tenerla presente en su vida, en su casa, en su campo visual... la podía dar a alguien que sí.

Así nació la red de geometría itinerante. 

Empecé a dibujar geometrías sin saber para quién serían. Solo con el fin de tener algunas para ofrecer, si la ocasión se presentaba.

Las ocasiones se presentaron.

También he seguido dibujando para personas que me dicen qué necesitan. Les digo: el Uno hace esto, el Dos esto otro... y ellos me dicen: yo ahora estoy así o asá, y me parece que me convendría un poco más de ésta o esta otra cualidad. 

Lo que ofrezco son números, pero la cantidad no es lo importante. No es mejor ni peor un Once que un Seis. Lo que interesa es la cualidad del número.

Es precioso ver cómo todos sabemos el número que nos conviene. Cuando hay diversas opciones, la persona inmediatamente descarta muchas de ellas, o casi todas. Se queda con la que más necesita en ese momento. Se la queda mirando, le parece bonita, quiere tocarla.

Entonces me pregunta: ¿para qué sirve esta geometría? Y yo digo algo de lo que ese número hace. Y la persona dice: ah, sí, me viene bien; me la llevo. 

Hay diseños que encuentran a su destinatario enseguida, y a otros les lleva más tiempo. Algunos van muy estrechamente ligados a un momento del año, a una estación, y tienen una cualidad muy particular. Otros son más anchos, más generalistas.

Para usar una geometría, no hay una norma fija. La premisa sería "mírala mientras quieras mirarla". Pero para empezar, yo miro el diseño que estoy usando unos pocos segundos por la mañana, diez, quince segundos, cuando el sol sube. Y otra vez, por la tarde, cuando el sol baja. 

Al cabo de los días, las semanas, los meses ¡o, incluso, los años! es perfectamente posible notar que ya se ha llenado uno lo suficiente de esa cualidad que esa geometría nos aportaba. Entonces es el momento de dejarla marchar, de soltarla.

Es fácil que, entonces, pase alguien por allí y se interese por esa forma. Si no pasase nadie al cabo de los días o las semanas... siempre se puede meter de nuevo en el sobre, que tiene una parte transparente, y colgarla de un árbol o una farola, con las instrucciones de qué se puede hacer con ella.

Ojalá todos encontremos la forma que necesitamos. Ojalá haya siempre una geometría disponible para ayudarnos, en el momento justo.

Este año me he propuesto ir ampliando la red de geometría itinerante. Por eso, quien necesite una geometría, puede decirlo, por este canal, o por instagram @elalmadelosnumeros, explicarme para qué la necesita, y se la haré llegar.

Gracias por vuestro interés en la geometría.







sábado, 30 de marzo de 2024

Cosas que nunca te dije en Instagram

Hay un montón de formas de entender cada número. Pero no son maneras cualesquiera, son las que son. 

No le pidáis a un Cuatro que os haga de Cinco. No lo hará.

Sí que podéis pedirle a un Seis que os aporte algunas funciones del Tres, porque el Tres es parte del Seis.

A quien podéis pedirle absolutamente cualquier cosa es al Uno. Pero ¿cómo os la dará? Pues en forma de Uno. Es decir, haciendo hincapié en el centro, la integridad y la ciclicidad. 

No os dirá "ve al límite de tus percepciones y tus capacidades", como el Nueve, ni os dirá "saca tu energía y ponla en movimiento para que se expanda", como el Cinco. 

Al Uno todo eso no le supone ningún problema. Pero... al contener en sí todo el camino, no necesita recorrerlo. ¡Ya se lo sabe! Al principio, todo es Uno. Al final, todo es una vuelta al Uno. 

Copio aquí los diseños que he ido colgando en la red de Instagram, y les añado más explicaciones posibles, sin perjuicio ni menoscabo de las que puse allí, ni de las que cada cual les pueda dar.



Este Tres lo escogió alguien que tenía ante sí una elección: necesitaba decidirse entre diversas opciones. La fuerza, el equilibrio y la contención del Tres le ayudaron a concretar.



Este Nueve juega con el concepto de ciclo y de espiral. Los dos círculos más pequeñitos aluden al Dos, así como el hecho de que es una redonda partida por la mitad. En horizontal, sirve para relacionarse en igualdad, para potenciar el equilibrio entre dar y recibir. Si se gira un cuarto de circunferencia, la línea de Nueve redonditas queda en vertical: en ese caso, la relación que se potencia es entre "arriba" y "abajo". Primero está "arriba", y luego "abajo". Al principio nos hemos de fijar en las cosas, y después las automatizamos hasta que nos salen solas. 




Este Ocho es una escalera donde, cada tantos peldaños, se puede disfrutar de lo que se ha conseguido hasta ese momento. Invita a seguir subiendo, pero también a contemplar la cosecha recolectada. Hay también un Cuatro, bastante marcado, que estabiliza el movimiento.



El Cuatro sirve para guardar en el granero el alimento, la energía, la luz (al final todo es lo mismo, solo que a diferentes niveles). Sirve para esperar el invierno, mientras vemos caer las hojas ocres y rojizas de las ramas de árboles y arbustos. Es autocontenido y defensivo, en el mejor sentido. Lo dibujé por las fechas de Samaín, festividad celta que corresponde a principios de noviembre. El calendario celta, como el chino, identifica y prepara las estaciones antes de los solsticios y equinoccios. Este diseño ayuda a quien quiera prepararse, estar bien provisto y disponer de luz y calor de sobra... en cualquier momento del año.



Este Siete sirvió para tener más memoria de los sueños. A veces, cuando nos despertamos, sentimos que se nos escapa información de la que disponíamos cuando estábamos soñando, que perdemos una conexión que estaba ahí. El Siete abre las puertas entre los mundos tangibles y esas realidades que no podemos apresar con las manos, pero que están.


Este Cinco es a la vez dinámico y asentado. Invita a usar la energía disponible para lo necesario, sin dilapidarla. Pero con alegría, con "brillo", con humor. Alguna energía se pierde, y tampoco pasa nada: siempre existe la posibilidad de generar más.



Este Dieciséis, puntiagudo y suave a la vez, puede servir para sacar y repeler lo que uno no quiere ya, y para conservar e integrar lo que sí. Se lo quedó alguien que estaba en un proceso prolongado de limpieza física. 



Este Seis tan redondo me recuerda a una vidriera de iglesia, a uno de esos rosetones por donde la luz se filtra y te regala una experiencia de colores. Colores que casi se pueden comer, que se absorben por los ojos y la piel, pero que también nutren la vivencia interna de cada cual. Lo eligió alguien que estaba disponiéndose a recibir cada vez más, avanzando tanto profesional como personalmente.



Este Yinyang contiene espirales de Seis puntos, hechas a partir de hexágonos. Incorpora así un remolino que ralentiza y concentra el movimiento del centro, prestando más atención al origen. 

Comparad con este otro Yinyang, el más conocido:

En este caso, el énfasis está más en la alternancia, la complementariedad y la generación mutua de las dos fases.


Que no os engañe la suavidad de este Siete. Lleva un impulso potente para materializar aquello que apenas se nota, pero que está listo para hacerse tangible, para presentarse al mundo. A veces, cuanto más sutil es el trabajo, más fuerte es el influjo que lo empuja hacia el reino de lo creado. En inglés, dicen "easy does it": se consiguen las cosas cuando se hacen con suavidad.



Este Tres se lo quedó alguien que quería equilibrar varios aspectos de su vida profesional. La decisión que tomó es un ejemplo de reconciliación de opuestos: repartir el tiempo entre dos tareas muy diferentes, ambas de alta responsabilidad.



Este Cuatro expresa la oscuridad sin disimularla, y expresa también la luz que surgirá de esa oscuridad. Lo dibujé para el solsticio de invierno, pero sirve para cualquier momento en que parezca que el sol no va a crecer, que se está quedando quieto.



El Cinco se relaciona con Venus, porque el movimiento de este planeta dibuja una flor parecida a ésta, de cinco pétalos, si lo miramos desde la Tierra. Su belleza aporta diplomacia, y elegancia en las emociones y los afectos. El Cinco no se aferra a nada, se adapta a todo, encuentra siempre la manera de seguir creciendo. (Hay una escena en la película La princesa Mononoke que lo ilustra maravillosamente: cuando Lady Eboshi quiere disparar al espíritu del bosque, y éste dirige su mirada al fusil con que ella le apunta; la madera del arma cobra vida y le crecen brotes, ramitas, hojas.)



Este Seis, en forma de "Semilla de Vida" (seis circunferencias alrededor de una séptima que queda en el centro) se coloreó teniendo en cuenta lo curvo, más que lo recto. Pero incorpora muchos rectángulos √3, que son aquellos cuyas diagonales dibujan dos triángulos equiláteros. Esto significa que este diseño, aparte de ser un Seis receptivo y creador de armonía, también tiene marcado el Tres, que da contención y fuerza.



Este Cuatro es un cuadrado "descuadrado": recoge y ordena, pero se da un cierto margen de maniobra, se da permiso para captar los matices.



Este Seis se dibujó para una persona, pero también para un espacio. Tiene algo de escudo de camuflaje, de espejo selectivo. En función de cómo te aproximes a él, te refleja hacia afuera devolviéndote tu propia imagen, o te deja pasar.



Este Seis enfatiza la receptividad y también la correspondencia, el Dos. Así potencia el equilibrio entre dar y recibir, sin perder nunca el propio centro. Se dibujó sobre lienzo, en un formato un poco más grande que los demás diseños, no porque hubiera que resaltar multitud de detalles, que también, sino porque algunas veces... es necesario un objeto más corpóreo, que declare "aquí estoy, me puedes ver". Así es como funciona este Seis, una adaptación de la "Flor de Vida": dieciocho círculos alrededor de un decimonoveno central.


Este Tres incorpora al Uno de manera explícita, porque la forma triangular está hecha de arcos de circunferencia, además de estar parcialmente inscrita en otra circunferencia; y porque el trazo del Tres está estructurado como un nudo celta, en forma cíclica. Las redondas y los ciclos son del Uno. Juntar ambos números hace que, en este diseño, estén presentes tanto la máxima contracción, del Tres, como la máxima expansión, del Uno. Sin embargo, este contraste no lleva a un choque, sino al equilibrio. Los colores también son fríos y cálidos, con preferencia de estos últimos. El conjunto invita a traspasar más allá de los opuestos, a reconciliar los contrarios.



Este Cinco contiene muchas estrellas pentagonales. Está hecho casi completamente de rectas. Se dibujó antes de empezar la primavera, en ese momento en que las plantas empiezan a desperezarse para luego echar brotes y flores. Cuando se nota que la savia ya se está despertando.



Este Seis lleva el Tres y el Dos muy marcados. Al principio, las líneas del rectángulo √3 y la estrella hexagonal le confieren cierta dureza, pero si lo miras un rato, verás que las curvas lo suavizan. Acaba ganando la dulzura.









lunes, 12 de febrero de 2024

Rumi y la forma


Hoy me he encontrado este poema de Rumi. Aunque no esté formulado en lenguaje matemático, me ha gustado cómo relaciona la forma y su función, yin y yang, materia y espíritu. 

Copio y traduzco del inglés, de la versión de Coleman Barks en The Red Book. Faltaría aclarar que Shams Tabriz, que aparece en el último verso, fue el maestro de Rumi.


FORM IS ECSTATIC

LA FORMA ESTÁ EN ÉXTASIS 


There is a shimmering excitement in being sentient and shaped.

Existe un entusiasmo resplandeciente por tener sentidos y forma.

The caravan master sees his camels lost in it,

Quien dirige la caravana ve a sus camellos perdidos en ella,

nose to tail, as he himself is, his friend,

la nariz contra la cola, así como él mismo, su amigo,

and the stranger coming toward them.

y el desconocido que viene hace ellos.


A gardener watches the sky break into song,

Un jardinero observa cómo el cielo rompe a cantar,

cloud wobbly with what is, bud and thorn the same.

la nube temblequeando con aquello que es, iguales el brote y la espina.


Wind, water, wandering this essential state.

El viento, el agua, a la deriva en este estado esencial.

Fire, ground, gone. That is how it is with the outside.

Fuego, suelo, se fueron. Así es como está lo de afuera.

Form is ecstatic.

La forma está en éxtasis.


Now imagine the inner. Soul, intelligence, the secret worlds.

Ahora imagina lo de adentro. Alma, inteligencia, los mundos secretos.

And do not think the garden loses its ecstasy in winter.

Y no creas que el jardín pierde su éxtasis en invierno.


It is quiet, but the roots are down there riotous.

Hay silencio, pero las raíces están ahí abajo amotinándose.

If someone bumps you in the street, do not be angry.

Si alguien choca contigo en la calle, no te enfades.


Everyone careens about in this surprise. Respond in kind.

Todos se apresuran dando bandazos, sorprendidos. Respóndeles de igual manera.

Let the knots untie, turbans be given away.

Deja que se desaten los nudos, regala los turbantes.


Someone drunk on this could drink a donkeyload a night.

Alguien borracho de esto podría beberse un cargamento cada noche.

Believer, unbeliever, cynic, lover,

Creyente, descreído, cínico, amante,

all combine in the spirit-form we are.

todos se combinan en el espíritu-forma que somos.

But no one yet is awake like Shams.

Pero nadie está aún despierto como lo está Shams.

domingo, 31 de diciembre de 2023

Plantas chinas: la Tierra de la Tierra




Esta planta es muy conocida: el ginseng chino, o Ren Shen. Corresponde a "la Tierra de la Tierra". 

La Tierra no siempre formó parte de la rueda de los demás elementos, sino que se situaba en el Centro, sustentando a los demás. Sin la Tierra, no puede haber nada más: no habrá un lugar de donde crezca la Madera para alimentar al Fuego, el Metal no tendrá donde concentrarse, el Agua se desparramará en todas direcciones, sin un tope que la contenga.

Hay algo real, sólido y digno de confianza en la Tierra.

La Tierra es un agente de transformación más lento que el Fuego y que el Agua, pero muy efectivo a largo plazo. Es capaz de reciclar, de darle uso, a casi cualquier cosa. De hecho, la intimidad que supone la función digestiva, la incorporación a nuestro organismo de algo que estaba fuera de él, es una forma de alquimia delicada y precisa. "De lo que se come, se cría." 

O, según el Yijing 27, "la Nutrición", hay que prestar atención a aquello con lo que nos nutrimos, aquello que pasa por las comisuras de nuestra boca. Y no se refiere solamente al alimento físico, sino a qué parte de nuestra naturaleza estamos potenciando con todo aquello que introducimos en nuestro ser.

Hay una nutrición que nos hace recordar quienes somos, y otra que nos aleja de nuestra naturaleza. El ginseng es capaz de nutrir el Yuan Qi, conectado con nuestra idea primera de lo que íbamos a ser. Nos alimenta de Qi: Pulmón, Bazo y Riñón. Es una raíz que se va redondeando, haciéndose cada vez más larga y ancha a lo largo de los años, recabando más y más nutrientes. 

Hace poco, oí a un geómetra muy conocido, Robert Lawlor, explicar cómo veían la nutrición los aborígenes de Australia. Para ellos, desde el momento en que alguien encarnaba y nacía, eso era la prueba irrefutable de que los ancestros ya habían dejado en el mundo, de antemano y por adelantado, toda la comida que ese ser iba a precisar. Esa persona iba a necesitar moverse: no quería decir que todo el alimento estuviese allí mismo. Pero sin duda la comida estaría, en los lugares adecuados, en el tiempo preciso.

Es así: hay algo real, sólido y digno de confianza en la Tierra que nos ve nacer.

La Tierra es el Cinco, en tanto que transformación; y el Diez, por su completitud.



sábado, 2 de diciembre de 2023

Plantas chinas: el Metal del Metal

 



 El "Metal del Metal" es Wu Wei Zi, el fruto de la Schisandra chinensis. 

Hasta ahora, he dibujado cuatro plantas. El "Agua del Agua", el invierno, es la raíz de Rehmannia. La "Madera de la Madera", la primavera, es la ramita de canela. El "Fuego del Fuego", en el verano, es la flor del helenio. En el otoño, viene el fruto rojo de la Schisandra, el "Metal del Metal".

Corresponde al momento de guardar lo que luego hará falta, para pasar el invierno. La luz empieza a menguar y hay que reservar fuerzas, descartar lo innecesario y guardar lo jugoso, lo nutritivo. El sabor ácido de la Schisandra hace precisamente esa función: astringe los líquidos orgánicos, los lleva hacia adentro, ayudando a contrarrestar la sequedad propia de la estación otoñal.

En algún momento hay que dejar de crecer, expandirse y florecer, para empezar a recoger y guardar. El otoño es ese momento. 

Hay que recordar que, para los chinos, el otoño empieza a principios de agosto: la luz comienza a acortarse visiblemente, se resta cada vez más importancia a las hojas mientras que los últimos frutos engordan, empieza a haber algún día menos caluroso... son evidencias pequeñas de que el Yang va de bajada. 

La Schisandra ayuda al Pulmón a no secarse en exceso, ¡a guardar un poco de surfactante para funcionar bien! Ayuda al Riñón a guardar su esencia, el Jing, esa sustancia que nos recuerda quiénes somos. Encima, calma el Shen de Corazón.

El Metal nos hace claros y nos ayuda a decidir: esto sí, esto no.

El Metal es el Cuatro y el Nueve.


lunes, 27 de noviembre de 2023

Plantas chinas: la Madera de la Madera

 



En otras entradas de este blog, se habla de las plantas que corresponden al "Agua del Agua" (la raíz de la Rehmannia glutinosa), y al "Fuego del Fuego" (la flor del helenio), tal como las describió Tao Hong-Jing. En esta entrada, sigo dibujando otra planta más, relacionada con otro Elemento distinto: la Madera, que también se relaciona con el Viento.

"La Madera de la Madera", es Gui Zhi, la ramita de canela (o Ramulus Cinnamomi). Si la Rehmannia era una raíz, la canela es una rama. 

Di Huang, la Rehmannia, es el principio, la semilla. Es el invierno. Es el Uno y el Seis. 

Gui Zhi es otro principio, un poco posterior: el brote, el tallo, la rama. Es la primavera. Es el Tres y el Ocho.

La Madera, pues, es Tres y Ocho... me gusta representarlos con una imagen plana (el triángulo) y otra tridimensional (el octaedro, porqu23 es 8). 

La Madera y el Viento se agitan a la vez, como las hojas en las ramas de los árboles cuando sopla la brisa. Ambos aparecen con fuerza en primavera.

Su manera de crecer, de expandirse, también se me antoja parecida. Los vegetales son insistentes en su crecimiento, no hay más que ver una acera partida en trozos por las raíces de un pino. El viento, aunque no lo veamos, agita a la materia que sí se ve, y acaba modelando formas en los árboles y las rocas.

El Elemento Madera se mueve y crece de esa forma. No siempre es espectacular, pero con frecuencia se vuelve exuberante y, a veces, imparable: con una clara tendencia a abrirse paso, a aprovechar la mínima grieta. Como el Viento, que también se cuela por cualquier rincón.

La Madera es el brote que se expande, que se atreve a soñar con una vida más arriba, más allá de la oscuridad y el cobijo de la tierra. Tiene que ver con el Hun, la parte del alma humana que vuela, imagina, proyecta y se lanza hacia adelante. También se relaciona con el Hígado que, en el cuerpo, sería "el General de los ejércitos".

La ramita de canela, en medicina china, precisamente asiste a la energía defensiva, la que circula por la capa externa del organismo, debajo de la piel. Esa energía, el wei qi, nos protege, diciendo "yo llego hasta aquí; de aquí hacia adentro, no pases, porque estoy yo". El Viento quedará fuera, porque Gui Zhi calentará suavemente ese grosor de piel y músculo que es nuestra capa superficial.

La Madera nos hace imaginar y crecer.

La Madera es el Tres y el Ocho.

martes, 14 de noviembre de 2023

Plantas chinas: el Fuego del Fuego

 


Otra planta china, "el Fuego del Fuego", es Xuan Fu HuaHua quiere decir "flor." Si la Rehmannia era la raíz, el Agua del Agua, la Inula o helenio es la flor, el Fuego del Fuego.

Las flores no siempre salen. Salen si llega la plenitud: si existe esperanza de poder polinizarse, de poder relacionarse con otras flores, de manera que luego se puedan generar nuevos frutos, con semillas nuevas dentro. Si el año es escaso y no hay demasiada agua, o si el suelo es pobre en vida orgánica diminuta... quizá no salgan flores, o salgan menos.

La flor es, para la planta, un "extra". Puede estar, o puede no estar. Esa planta seguirá viva, toda su existencia, aunque no saque ni una flor. Simplemente, no vendrán las abejas.

Pero para la especie de esa planta, si cada plantita accede a crear ese "extra", y a recombinar su información con las demás plantitas... eso abre posibilidades. Es una puerta al cambio.

El Elemento Fuego es el transformador más veloz. El Viento puede romper, el Agua puede disolver, la Tierra puede desintegrar, el Metal puede separar. Pero el Fuego arde. 

Aquí se podría hablar, largo y tendido, de la díada Agua-Fuego, y de sus interrelaciones, que son muchas y muy paradójicas. Solo decir que en el Yijing, no es el Fuego quien da más miedo, sino el Agua. El Fuego se relaciona con la adherencia, con la volición, con la luz y el brillo. En especial, con la conexión hacia arriba, porque sus llamas suben; al contrario que el Agua, que siempre se arrellana en lo bajo. Fuego y Agua son contrarios... solo en apariencia.

Entonces, ¿qué hace la Inula, arreglarnos el Corazón? Pues, curiosamente, no. O no de forma directa. Xuan Fu Hua actúa en Pulmón, en Estómago. Calienta y derrite lo estancado: la tos con mocos claros del respiratorio, las regurgitaciones del digestivo. 

¿Aclara las inmediaciones del Corazón, de modo que éste pueda brillar, según su inclinación y su naturaleza? ¿De modo que la Sangre salga de él con toda la información necesaria, lista para regenerar el organismo y hacer los cambios que hagan falta, latido a latido?

El Fuego nos ilumina y activa.

El Fuego es el Dos y el Siete.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Las herramientas del geómetra, aspectos prácticos

Espero que más y más personas se animen a dibujar. 

En realidad, no hace falta que lo espere. Porque cada vez conozco a más personas que cogen su compás, su regla y su lápiz, y se arremangan. 

Les salen hexágonos, triángulos, cuadrados, octógonos, dodecágonos. Después, les salen pentágonos y decágonos. Luego les salen heptágonos, eneágonos, endecágonos, aunque no salgan exactos. Y de ahí a las diez mil criaturas del Daodejing, es solo echarle un poco de tiempo y de ganas.

Aquí, una flor pentagonal que se le ocurrió investigar a mi hija:

Así las cosas, y para que se anime todavía más gente, ahí van algunos aspectos prácticos:

-cuando cojas el compás, usa un papel grande. Así te cabrán las circunferencias enteras. En los tutoriales de dibujo técnico, a veces se marcan solo pequeños arcos para encontrar mediatrices o bisectrices (partiendo por la mitad ángulos o líneas). Es mejor si se dibuja toda la circunferencia. De lo contrario, estamos perdiendo información.

-procura no borrar; al principio, no es necesario. Creo que las tres herramientas del geómetra no incluyen la goma de borrar por una buena razón. Te liarás con las líneas: es precisamente lo que tienes que hacer, porque así empezarás a distinguirlas más y más. Esto se contradice con lo siguiente que voy a escribir. 

-si no tienes compás y vas a hacerte con uno, compra uno que tenga el adaptador para usar bolígrafos o rotuladores. Te ahorrará trabajo más adelante, cuando quieras resaltar más unas líneas que otras. Cuando ya distingas las líneas, empezarás a querer usar la goma de borrar por una buena razón. Repasar con rotulador y borrar lo demás es una opción, sobre todo si planeas colorear.


-si quieres centrar tu dibujo: para buscar el centro de un papel rectangular, no hace falta andar midiendo. Coge una regla larga y dibuja las dos diagonales. Donde se crucen tienes el centro del papel.



-dibujar con lápiz, regla y compás hará que comprendas la forma. Pero colorearla (sea con lápiz, lápiz acuarelable, rotulador, témpera, pastel...) te empuja a integrarla más, porque te confronta con decisiones: ¿qué formas hay dentro de la forma que tienes delante? ¿Hasta dónde pintas? ¿Qué partes combinas, y qué partes separas? ¿Repasas las líneas en negro, en otros colores, y con qué grosor? Son decisiones que se toman a la vez que se comprende el dibujo. 

-a veces el dibujo se comprende mejor a sí mismo de lo que puedas tú saber, y te empuja a pintarlo de formas sorprendentes, o con colores que no pensabas que fueran a conjuntar. Incluso se introducen imprecisiones que luego cobran sentido. La geometría, en mi experiencia, casi se pinta sola. Déjate sorprender. Al final todo encaja.