domingo, 4 de marzo de 2012

Geometría sagrada

Cierto es que la geometría sagrada existe.  Podríamos preguntarnos si existe lo contrario, la geometría no sagrada. De hecho, es el cambio en la mirada lo que transforma en sagrado lo profano.

Bien es cierto que no todas las formas sirven para todos los propósitos. Lo sagrado es conseguir que la forma y la función se correspondan: que la forma apoye a la vida, de forma que la vida pueda seguir generando formas.

Pero, ¿a qué suele referirse la gente, cuando habla de geometría sagrada? Entre otras cosas, suelen hacer referencia a la flor de vida, al cubo de Metatrón, o a los sólidos platónicos. Veamos cómo, sorprendentemente, estas tres partes de la geometría están relacionadas.

Una manera de entrar en la geometría sagrada es a través una historia de la Creación: se puede relacionar el desarrollo de una serie de formas geométricas con la manera en que fue creado el universo. Hablando en números, empezaremos por el uno; y entendiendo el punto como el inicio, iremos añadiendo complejidad a ese punto (origen de una circunferencia), pasando por sucesivas vesica piscis, hasta llegar a una forma llamada la semilla de vida:


De ahí seguiremos avanzando con nuestro compás, sin variar jamás el radio, hasta llegar a la flor de vida.



De la flor podemos pasar al fruto de la vida. ¿Cómo? Nos quedaremos solamente con aquellas circunferencias que irían "sobre las aristas de un asterisco", y añadiremos otra redonda más a cada arista:

Hasta aquí toda la creación ha consistido en círculos, aunque es posible hacer lo mismo con segmentos. Vamos a ver qué pasa si unimos los centros de las circunferencias del fruto de la vida, todos con todos:

Pues ocurre que obtenemos el cubo de Metatrón. El nombre le viene por un arcángel. Es una forma bellísima, simple de construir si entendemos su lógica. Y en ella están ocultos los cuatro ladrillos de la realidad, los cuatro sólidos platónicos. Los encontraréis si los buscáis:

El tetraedro:



El cubo:


El octaedro:



El icosaedro:

Y hasta podríais encontrar el quinto elemento, el dodecaedro, añadiendo unas aristas pequeñas para que quepa perfectamente:


Se suele hablar también de otro sólido, el tetraedro estrellado, presente asimismo en el cubo de Metatrón.


Si queréis profundizar en la geometría sagrada, encontraréis mucha información. Recordad los tres usos de las matemáticas, especialmente el tercero; ved hasta dónde queréis implicaros; y adelante.

Puedes empezar por dibujar la semilla de vida, cosa fácil y muy agradable. ¿Qué sensación sientes delante de esta forma? ¿Quieres seguir con la flor, el fruto, y el cubo de Metatrón?





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