viernes, 5 de septiembre de 2025

La unidad y el toroide

El Uno se puede representar con un punto. O con una circunferencia y su círculo correspondiente. O con una rueda (una redonda en movimiento). 

También, a mi entender, se puede representar si divido una circunferencia en más de doce trozos, especialmente si se trata de un número par.

Hasta doce partes, pensamos: un reloj.

Si es un número impar de partes y no muy elevado, pongamos, menos de veinte, notaremos que hay una asimetría. Que arriba de todo, por ejemplo, queda una punta del polígono, pero que abajo de todo quedan dos. Es lo que mismo que pasa con este Once.


Pero si son más de doce partes, empieza a costar más saber, de un vistazo, cuántas son exactamente.  ¿Son dieciocho? ¿Veinticuatro? ¿Dieciséis? Hay que ponerse a contar.





Una vez, alguien me dijo que le gustaban estos dibujos porque no sabía dibujarlos. Me pareció divertido porque, precisamente, no son complicados de trazar. 

Lo que puede ocurrir cuando vemos muchas cosas al mismo tiempo es que nos apetecería entender cómo se crearon, cuál es la lógica que subyace a ese conjunto. 

Está claro que esa lógica existe, pero no es obvia: los árboles no dejan ver el bosque. Hay muchas líneas, y no queda claro de dónde salen.

Aquí están las instrucciones para dibujar este tipo de diseños. 






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