Estos diseños representan al Cero, el Uno, el Dos, el Tres, el Cuatro y el Cinco.
Para quien quiera descargarlos, imprimirlos, colorearlos como más le guste.
Estos diseños representan al Cero, el Uno, el Dos, el Tres, el Cuatro y el Cinco.
Para quien quiera descargarlos, imprimirlos, colorearlos como más le guste.
El hipérico, según Nicholas Culpeper (el autor de un herbario fabuloso del siglo XVII) es una planta solar, relacionada con el signo zodiacal de Leo.
Cura las heridas físicas y emocionales, ayuda a drenar la inflamación, sana las mordeduras y picaduras tóxicas.
Me recuerda al truco de poner la ropa a secar al sol para quitarle las peores manchas. El agua lava, pero el sol también sabe limpiar.
En chino, la variedad Hypericum japonicum se llama Tian Ji Huang. Está clasificada como planta que elimina (aclara, despeja) el Calor. Tiene acción sobre los ámbitos de Riñón y Vejiga, lo cual explica su capacidad de calmar los nervios. Es un potente antidepresivo.
El hipérico crece poco y mal cuando lo cultivas. Sus efectos disminuyen mucho si lo combinas con medicamentos demasiado artificiales. Es de naturaleza salvaje y nos empuja a recuperar nuestro Shen: la capacidad de expandirnos, relacionarnos, conectarnos.
Lo he dibujado en forma de Siete, por esa cualidad inapresable del Fuego. Por más que lo he intentado, no he conseguido que la fotografía refleje la cantidad de rotulador dorado que empleé. Imaginadlo brillando.
Sigue adelante la red de "Geometría itinerante".
Agradecida a quienes reciben los diseños, los usan, los diseminan.
Aquí van los últimos que dibujé y colgué en Instagram.
Desde que empezó "Geometría itinerante", quizá entren en este blog algunas personas que no sepan por dónde empezar. Así pues, ¿por dónde?
En la barra lateral hay un apartado llamado "Etiquetas".
Si queréis empezar a mirar lo que significa cada número, os interesa la etiqueta "Teoría de números". Ahí está explicado lo que hacen el Uno, el Dos, el Tres...
Si queréis ver lo que he ido colgando en Instagram, y qué hacen estas geometrías que han echado a andar por el mundo, buscad la etiqueta "Geometría itinerante". O en la barra buscadora, poned "Instagram".
Si os gustaría saber quién sabía todo esto antes, mirad en "Matemáticos". También os interesará "Lo que no nos explicaron".
Si queréis leer más, está la etiqueta "Bibliografía", y hay varios libros apuntados en la misma barra lateral.
Si os interesan las plantas o la medicina china, las etiquetas que os pueden llamar la atención serán "Números chinos" y "Doctrina de las signaturas".
Y si queréis ver formas para inspiraros, están por todas partes, algunas etiquetadas como "Formas bellas".
Siempre podéis preguntar, por este canal o por Instagram.
Este poema, atribuido a Rumi, parece escrito para el geómetra aficionado:
¡Ven, ven, quienquiera que seas, ven!
Infiel, religioso o pagano, poco importa.
¡Nuestra caravana no es la de la desilusión!
¡Nuestra caravana es la de la esperanza!
¡Ven, aunque hayas roto mil veces tus promesas!
¡Ven, a pesar de todo, ven!
Aunque suspendieras matemáticas y dibujo técnico, aunque te dé alergia el compás, aunque te parezca complicado, aunque pienses que hay que entenderlo y que no lo vas a entender... aun así, ven.
El laurel, Laurus nobilis, se llama Yue Gui en chino.
Antiguamente se consideraba una planta importante, incluso reservada para según qué usos. No en vano se les ponían coronas de laurel a los mejores.
Aquí la empleamos para promover la digestión, para añadirla a las lentejas. Se le atribuyen virtudes protectoras: hay quien la cuelga a la entrada de casa.
También despeja el Pulmón, mueve la Sangre (promoviendo la menstruación y sanando magulladuras) y es un antiparasitario. Entre otras muchas propiedades.
Es una planta solar. Protege reforzando la luz, la funcionalidad y la integridad desde dentro. Por eso ayuda a digerir y respirar bien, a mover la Humedad que podía atascarnos un sistema o una articulación, a descenderla o centrifugarla para expulsarla.
Copio los últimos diseños que están también en Instagram, para que se puedan ver también en este blog.
A veces, cuando muestro las geometrías que dibujo y pinto, alguien me dice: ah, coloreas mandalas.
Sí y no.
Primero: colorear es importante, pero trazar el diseño también. Si solamente coloreo, me estoy perdiendo la mitad: la parte de escoger el número y la geometría que quiero, el acto de trazarla y decidir qué líneas necesito: qué curvas, qué rectas.
Segundo: un mandala es, al menos etimológicamente, una rueda. Las ruedas tienen radios, y simetría radial. Por ejemplo, si una rueda tiene doce radios, puedes girarla doce veces hasta volver al inicio. Y en cada uno de los doce puntos de ese giro, la rueda tiene el mismo aspecto. Si se introducen elementos que no tienen esta simetría radial, entonces no creo que se pueda hablar de mandala. Estos dos diseños no son mandalas:
Al principio era algo que me hacía sentir incómoda: notar cómo un número podía convenirle a alguien, dibujarlo y ofrecérselo. Sin saber cómo esa persona se tomaría la propuesta, si querría o no meter ese número en su vida, en su casa, en su campo visual.
Luego, encontré un paquete de sobres para CDs. Les cabía una cartulina cuadrada de 11 o 12cm de lado. Pensé que era un formato cómodo de transportar. Pensé que no tenía otros planes para esos sobrecitos. Pensé también que disponía de muchos sellos, venidos de una colección familiar. Así fue como nació la idea de que las geometrías viajasen. Papel, sobre, sellos: todo estaba a punto.
El giro de tuerca fue darme cuenta de que, quizá, las geometrías podían seguir en movimiento para siempre. Es decir, que cuando la persona sintiese que ya había terminado de usar esa geometría, que ya no necesitaba tenerla presente en su vida, en su casa, en su campo visual... la podía dar a alguien que sí.
Así nació la red de geometría itinerante.
Empecé a dibujar geometrías sin saber para quién serían. Solo con el fin de tener algunas para ofrecer, si la ocasión se presentaba.
Las ocasiones se presentaron.
También he seguido dibujando para personas que me dicen qué necesitan. Les digo: el Uno hace esto, el Dos esto otro... y ellos me dicen: yo ahora estoy así o asá, y me parece que me convendría un poco más de ésta o esta otra cualidad.
Lo que ofrezco son números, pero la cantidad no es lo importante. No es mejor ni peor un Once que un Seis. Lo que interesa es la cualidad del número.
Es precioso ver cómo todos sabemos el número que nos conviene. Cuando hay diversas opciones, la persona inmediatamente descarta muchas de ellas, o casi todas. Se queda con la que más necesita en ese momento. Se la queda mirando, le parece bonita, quiere tocarla.
Entonces me pregunta: ¿para qué sirve esta geometría? Y yo digo algo de lo que ese número hace. Y la persona dice: ah, sí, me viene bien; me la llevo.
Hay diseños que encuentran a su destinatario enseguida, y a otros les lleva más tiempo. Algunos van muy estrechamente ligados a un momento del año, a una estación, y tienen una cualidad muy particular. Otros son más anchos, más generalistas.
Para usar una geometría, no hay una norma fija. La premisa sería "mírala mientras quieras mirarla". Pero para empezar, yo miro el diseño que estoy usando unos pocos segundos por la mañana, diez, quince segundos, cuando el sol sube. Y otra vez, por la tarde, cuando el sol baja.
Al cabo de los días, las semanas, los meses ¡o, incluso, los años! es perfectamente posible notar que ya se ha llenado uno lo suficiente de esa cualidad que esa geometría nos aportaba. Entonces es el momento de dejarla marchar, de soltarla.
Es fácil que, entonces, pase alguien por allí y se interese por esa forma. Si no pasase nadie al cabo de los días o las semanas... siempre se puede meter de nuevo en el sobre, que tiene una parte transparente, y colgarla de un árbol o una farola, con las instrucciones de qué se puede hacer con ella.
Ojalá todos encontremos la forma que necesitamos. Ojalá haya siempre una geometría disponible para ayudarnos, en el momento justo.
Este año me he propuesto ir ampliando la red de geometría itinerante. Por eso, quien necesite una geometría, puede decirlo, por este canal, o por instagram @elalmadelosnumeros, explicarme para qué la necesita, y se la haré llegar.
Gracias por vuestro interés en la geometría.
Hay un montón de formas de entender cada número. Pero no son maneras cualesquiera, son las que son.
No le pidáis a un Cuatro que os haga de Cinco. No lo hará.
Sí que podéis pedirle a un Seis que os aporte algunas funciones del Tres, porque el Tres es parte del Seis.
A quien podéis pedirle absolutamente cualquier cosa es al Uno. Pero ¿cómo os la dará? Pues en forma de Uno. Es decir, haciendo hincapié en el centro, la integridad y la ciclicidad.
No os dirá "ve al límite de tus percepciones y tus capacidades", como el Nueve, ni os dirá "saca tu energía y ponla en movimiento para que se expanda", como el Cinco.
Al Uno todo eso no le supone ningún problema. Pero... al contener en sí todo el camino, no necesita recorrerlo. ¡Ya se lo sabe! Al principio, todo es Uno. Al final, todo es una vuelta al Uno.
Copio aquí los diseños que he ido colgando en la red de Instagram, y les añado más explicaciones posibles, sin perjuicio ni menoscabo de las que puse allí, ni de las que cada cual les pueda dar.
Este Cinco es a la vez dinámico y asentado. Invita a usar la energía disponible para lo necesario, sin dilapidarla. Pero con alegría, con "brillo", con humor. Alguna energía se pierde, y tampoco pasa nada: siempre existe la posibilidad de generar más.
Que no os engañe la suavidad de este Siete. Lleva un impulso potente para materializar aquello que apenas se nota, pero que está listo para hacerse tangible, para presentarse al mundo. A veces, cuanto más sutil es el trabajo, más fuerte es el influjo que lo empuja hacia el reino de lo creado. En inglés, dicen "easy does it": se consiguen las cosas cuando se hacen con suavidad.
El Cinco se relaciona con Venus, porque el movimiento de este planeta dibuja una flor parecida a ésta, de cinco pétalos, si lo miramos desde la Tierra. Su belleza aporta diplomacia, y elegancia en las emociones y los afectos. El Cinco no se aferra a nada, se adapta a todo, encuentra siempre la manera de seguir creciendo. (Hay una escena en la película La princesa Mononoke que lo ilustra maravillosamente: cuando Lady Eboshi quiere disparar al espíritu del bosque, y éste dirige su mirada al fusil con que ella le apunta; la madera del arma cobra vida y le crecen brotes, ramitas, hojas.)
Este Tres incorpora al Uno de manera explícita, porque la forma triangular está hecha de arcos de circunferencia, además de estar parcialmente inscrita en otra circunferencia; y porque el trazo del Tres está estructurado como un nudo celta, en forma cíclica. Las redondas y los ciclos son del Uno. Juntar ambos números hace que, en este diseño, estén presentes tanto la máxima contracción, del Tres, como la máxima expansión, del Uno. Sin embargo, este contraste no lleva a un choque, sino al equilibrio. Los colores también son fríos y cálidos, con preferencia de estos últimos. El conjunto invita a traspasar más allá de los opuestos, a reconciliar los contrarios.
Este Seis lleva el Tres y el Dos muy marcados. Al principio, las líneas del rectángulo √3 y la estrella hexagonal le confieren cierta dureza, pero si lo miras un rato, verás que las curvas lo suavizan. Acaba ganando la dulzura.