miércoles, 20 de noviembre de 2024

Diseños para imprimir

Estos diseños representan al Cero, el Uno, el Dos, el Tres, el Cuatro y el Cinco. 

Para quien quiera descargarlos, imprimirlos, colorearlos como más le guste.











martes, 24 de septiembre de 2024

El hipérico



El hipérico, según Nicholas Culpeper (el autor de un herbario fabuloso del siglo XVII) es una planta solar, relacionada con el signo zodiacal de Leo. 

Cura las heridas físicas y emocionales, ayuda a drenar la inflamación, sana las mordeduras y picaduras tóxicas.

Me recuerda al truco de poner la ropa a secar al sol para quitarle las peores manchas. El agua lava, pero el sol también sabe limpiar.

En chino, la variedad Hypericum japonicum se llama Tian Ji Huang. Está clasificada como planta que elimina (aclara, despeja) el Calor. Tiene acción sobre los ámbitos de Riñón y Vejiga, lo cual explica su capacidad de calmar los nervios. Es un potente antidepresivo.

El hipérico crece poco y mal cuando lo cultivas. Sus efectos disminuyen mucho si lo combinas con medicamentos demasiado artificiales. Es de naturaleza salvaje y nos empuja a recuperar nuestro Shen: la capacidad de expandirnos, relacionarnos, conectarnos.

Lo he dibujado en forma de Siete, por esa cualidad inapresable del Fuego. Por más que lo he intentado, no he conseguido que la fotografía refleje la cantidad de rotulador dorado que empleé. Imaginadlo brillando.







lunes, 24 de junio de 2024

Más en Instagram

 Sigue adelante la red de "Geometría itinerante". 

Agradecida a quienes reciben los diseños, los usan, los diseminan.

Aquí van los últimos que dibujé y colgué en Instagram.

     

    










  


   








   






lunes, 27 de mayo de 2024

Ven, ven



Desde que empezó "Geometría itinerante", quizá entren en este blog algunas personas que no sepan por dónde empezar. Así pues, ¿por dónde?

En la barra lateral hay un apartado llamado "Etiquetas".

Si queréis empezar a mirar lo que significa cada número, os interesa la etiqueta "Teoría de números". Ahí está explicado lo que hacen el Uno, el Dos, el Tres...

Si queréis ver lo que he ido colgando en Instagram, y qué hacen estas geometrías que han echado a andar por el mundo, buscad la etiqueta "Geometría itinerante". O en la barra buscadora, poned "Instagram".

Si os gustaría saber quién sabía todo esto antes, mirad en "Matemáticos". También os interesará "Lo que no nos explicaron".

Si queréis leer más, está la etiqueta "Bibliografía", y hay varios libros apuntados en la misma barra lateral.

Si os interesan las plantas o la medicina china, las etiquetas que os pueden llamar la atención serán "Números chinos" y "Doctrina de las signaturas". 

Y si queréis ver formas para inspiraros, están por todas partes, algunas etiquetadas como "Formas bellas".

Siempre podéis preguntar, por este canal o por Instagram.

Este poema, atribuido a Rumi, parece escrito para el geómetra aficionado:

¡Ven, ven, quienquiera que seas, ven!
Infiel, religioso o pagano, poco importa.
¡Nuestra caravana no es la de la desilusión!
¡Nuestra caravana es la de la esperanza!
¡Ven, aunque hayas roto mil veces tus promesas!
¡Ven, a pesar de todo, ven!

Aunque suspendieras matemáticas y dibujo técnico, aunque te dé alergia el compás, aunque te parezca complicado, aunque pienses que hay que entenderlo y que no lo vas a entender... aun así, ven.

sábado, 20 de abril de 2024

El laurel, una planta no solo china

El laurel, Laurus nobilis, se llama Yue Gui en chino.

Antiguamente se consideraba una planta importante, incluso reservada para según qué usos. No en vano se les ponían coronas de laurel a los mejores. 

Aquí la empleamos para promover la digestión, para añadirla a las lentejas. Se le atribuyen virtudes protectoras: hay quien la cuelga a la entrada de casa.

También despeja el Pulmón, mueve la Sangre (promoviendo la menstruación y sanando magulladuras) y es un antiparasitario. Entre otras muchas propiedades.

Es una planta solar. Protege reforzando la luz, la funcionalidad y la integridad desde dentro. Por eso ayuda a digerir y respirar bien, a mover la Humedad que podía atascarnos un sistema o una articulación, a descenderla o centrifugarla para expulsarla.


Arde sin parar, tanto seco como acabado de cortar. Sus flores y sus bayas son tan preciosas como sus hojas.

He remarcado sus propiedades respecto de la Tierra usando geometrías del Cinco y el Diez.

viernes, 19 de abril de 2024

También en Instagram

 Copio los últimos diseños que están también en Instagram, para que se puedan ver también en este blog.























jueves, 11 de abril de 2024

Pintar mandalas

A veces, cuando muestro las geometrías que dibujo y pinto, alguien me dice: ah, coloreas mandalas. 

Sí y no. 

Primero: colorear es importante, pero trazar el diseño también. Si solamente coloreo, me estoy perdiendo la mitad: la parte de escoger el número y la geometría que quiero, el acto de trazarla y decidir qué líneas necesito: qué curvas, qué rectas.

Segundo: un mandala es, al menos etimológicamente, una rueda. Las ruedas tienen radios, y simetría radial. Por ejemplo, si una rueda tiene doce radios, puedes girarla doce veces hasta volver al inicio. Y en cada uno de los doce puntos de ese giro, la rueda tiene el mismo aspecto. Si se introducen elementos que no tienen esta simetría radial, entonces no creo que se pueda hablar de mandala. Estos dos diseños no son mandalas:



Por último, hay unas técnicas clásicas para dibujar mandalas. Los pétalos en punta o redondeados, los círculos concéntricos, las líneas rectas seguidas de puntitos... son fruto de las distintas culturas que han usado estos diseños en forma de rueda. Mayormente, desconozco estas técnicas, por lo que no me atrevería jamás a decir que dibujo y pinto mandalas.

Evidentemente, hay diseños que sí se podrían llegar a calificar de mandalas, como éstos:



Más allá de los nombres, la potencia de la geometría existe. Lo interesante, en términos de Aristóteles, ¡es pasar de la potencia al acto! Pasar de la potencia que esa forma lleva implícita, al acto que esa forma propicia: a la función que esa forma incita y apoya.

En potencia, cualquier geometría nos aporta información. Circulamos por el mundo absorbiendo lo que las formas nos comunican. Pero si lo dejamos en un acto inconsciente, pasivo, nos perdemos la posibilidad de crear nuestra propia geometría, nuestra propia información, a voluntad. Nos dejamos in-formar por las formas que nos vamos encontrando, irremediablemente y sin ni siquiera saberlo.

¿Y cómo podríamos aprovechar la geometría a nuestro favor? ¿Cómo utilizar su potencia, actualizándola conscientemente? Pues aquí, lo importante es precisamente la consciencia. Pasar de no enterarse a sí darse cuenta.

Entonces podemos escoger una geometría para que nos ayude a hacer lo que queramos hacer. Da igual dónde la encontremos. 

Si no la encontramos, podemos dibujarla y pintarla nosotros mismos. Así nos aseguramos de que hará aquello que necesitamos. Cuando usamos la mano para este propósito, también usamos el corazón y la mente. Es la tríada alquímica del mercurio, el azufre y la sal: arriba, en medio y abajo. No es una actividad menor. 

Y, volviendo al principio, no es lo que mucha gente entiende por colorear mandalas para olvidar el estrés. 

Por favor, démosle a la geometría el lugar que le pertenece. Usémosla para comunicar arriba y abajo, para recrear la belleza, para experimentar la verdad de cada forma y de sus funciones asociadas.



domingo, 31 de marzo de 2024

Red de geometría itinerante


Hace más de un año que empecé a dar geometrías. 

Al principio era algo que me hacía sentir incómoda: notar cómo un número podía convenirle a alguien, dibujarlo y ofrecérselo. Sin saber cómo esa persona se tomaría la propuesta, si querría o no meter ese número en su vida, en su casa, en su campo visual.

Luego, encontré un paquete de sobres para CDs. Les cabía una cartulina cuadrada de 11 o 12cm de lado. Pensé que era un formato cómodo de transportar. Pensé que no tenía otros planes para esos sobrecitos. Pensé también que disponía de muchos sellos, venidos de una colección familiar. Así fue como nació la idea de que las geometrías viajasen. Papel, sobre, sellos: todo estaba a punto.

El giro de tuerca fue darme cuenta de que, quizá, las geometrías podían seguir en movimiento para siempre. Es decir, que cuando la persona sintiese que ya había terminado de usar esa geometría, que ya no necesitaba tenerla presente en su vida, en su casa, en su campo visual... la podía dar a alguien que sí.

Así nació la red de geometría itinerante. 

Empecé a dibujar geometrías sin saber para quién serían. Solo con el fin de tener algunas para ofrecer, si la ocasión se presentaba.

Las ocasiones se presentaron.

También he seguido dibujando para personas que me dicen qué necesitan. Les digo: el Uno hace esto, el Dos esto otro... y ellos me dicen: yo ahora estoy así o asá, y me parece que me convendría un poco más de ésta o esta otra cualidad. 

Lo que ofrezco son números, pero la cantidad no es lo importante. No es mejor ni peor un Once que un Seis. Lo que interesa es la cualidad del número.

Es precioso ver cómo todos sabemos el número que nos conviene. Cuando hay diversas opciones, la persona inmediatamente descarta muchas de ellas, o casi todas. Se queda con la que más necesita en ese momento. Se la queda mirando, le parece bonita, quiere tocarla.

Entonces me pregunta: ¿para qué sirve esta geometría? Y yo digo algo de lo que ese número hace. Y la persona dice: ah, sí, me viene bien; me la llevo. 

Hay diseños que encuentran a su destinatario enseguida, y a otros les lleva más tiempo. Algunos van muy estrechamente ligados a un momento del año, a una estación, y tienen una cualidad muy particular. Otros son más anchos, más generalistas.

Para usar una geometría, no hay una norma fija. La premisa sería "mírala mientras quieras mirarla". Pero para empezar, yo miro el diseño que estoy usando unos pocos segundos por la mañana, diez, quince segundos, cuando el sol sube. Y otra vez, por la tarde, cuando el sol baja. 

Al cabo de los días, las semanas, los meses ¡o, incluso, los años! es perfectamente posible notar que ya se ha llenado uno lo suficiente de esa cualidad que esa geometría nos aportaba. Entonces es el momento de dejarla marchar, de soltarla.

Es fácil que, entonces, pase alguien por allí y se interese por esa forma. Si no pasase nadie al cabo de los días o las semanas... siempre se puede meter de nuevo en el sobre, que tiene una parte transparente, y colgarla de un árbol o una farola, con las instrucciones de qué se puede hacer con ella.

Ojalá todos encontremos la forma que necesitamos. Ojalá haya siempre una geometría disponible para ayudarnos, en el momento justo.

Este año me he propuesto ir ampliando la red de geometría itinerante. Por eso, quien necesite una geometría, puede decirlo, por este canal, o por instagram @elalmadelosnumeros, explicarme para qué la necesita, y se la haré llegar.

Gracias por vuestro interés en la geometría.







sábado, 30 de marzo de 2024

Cosas que nunca te dije en Instagram

Hay un montón de formas de entender cada número. Pero no son maneras cualesquiera, son las que son. 

No le pidáis a un Cuatro que os haga de Cinco. No lo hará.

Sí que podéis pedirle a un Seis que os aporte algunas funciones del Tres, porque el Tres es parte del Seis.

A quien podéis pedirle absolutamente cualquier cosa es al Uno. Pero ¿cómo os la dará? Pues en forma de Uno. Es decir, haciendo hincapié en el centro, la integridad y la ciclicidad. 

No os dirá "ve al límite de tus percepciones y tus capacidades", como el Nueve, ni os dirá "saca tu energía y ponla en movimiento para que se expanda", como el Cinco. 

Al Uno todo eso no le supone ningún problema. Pero... al contener en sí todo el camino, no necesita recorrerlo. ¡Ya se lo sabe! Al principio, todo es Uno. Al final, todo es una vuelta al Uno. 

Copio aquí los diseños que he ido colgando en la red de Instagram, y les añado más explicaciones posibles, sin perjuicio ni menoscabo de las que puse allí, ni de las que cada cual les pueda dar.



Este Tres lo escogió alguien que tenía ante sí una elección: necesitaba decidirse entre diversas opciones. La fuerza, el equilibrio y la contención del Tres le ayudaron a concretar.



Este Nueve juega con el concepto de ciclo y de espiral. Los dos círculos más pequeñitos aluden al Dos, así como el hecho de que es una redonda partida por la mitad. En horizontal, sirve para relacionarse en igualdad, para potenciar el equilibrio entre dar y recibir. Si se gira un cuarto de circunferencia, la línea de Nueve redonditas queda en vertical: en ese caso, la relación que se potencia es entre "arriba" y "abajo". Primero está "arriba", y luego "abajo". Al principio nos hemos de fijar en las cosas, y después las automatizamos hasta que nos salen solas. 




Este Ocho es una escalera donde, cada tantos peldaños, se puede disfrutar de lo que se ha conseguido hasta ese momento. Invita a seguir subiendo, pero también a contemplar la cosecha recolectada. Hay también un Cuatro, bastante marcado, que estabiliza el movimiento.



El Cuatro sirve para guardar en el granero el alimento, la energía, la luz (al final todo es lo mismo, solo que a diferentes niveles). Sirve para esperar el invierno, mientras vemos caer las hojas ocres y rojizas de las ramas de árboles y arbustos. Es autocontenido y defensivo, en el mejor sentido. Lo dibujé por las fechas de Samaín, festividad celta que corresponde a principios de noviembre. El calendario celta, como el chino, identifica y prepara las estaciones antes de los solsticios y equinoccios. Este diseño ayuda a quien quiera prepararse, estar bien provisto y disponer de luz y calor de sobra... en cualquier momento del año.



Este Siete sirvió para tener más memoria de los sueños. A veces, cuando nos despertamos, sentimos que se nos escapa información de la que disponíamos cuando estábamos soñando, que perdemos una conexión que estaba ahí. El Siete abre las puertas entre los mundos tangibles y esas realidades que no podemos apresar con las manos, pero que están.


Este Cinco es a la vez dinámico y asentado. Invita a usar la energía disponible para lo necesario, sin dilapidarla. Pero con alegría, con "brillo", con humor. Alguna energía se pierde, y tampoco pasa nada: siempre existe la posibilidad de generar más.



Este Dieciséis, puntiagudo y suave a la vez, puede servir para sacar y repeler lo que uno no quiere ya, y para conservar e integrar lo que sí. Se lo quedó alguien que estaba en un proceso prolongado de limpieza física. 



Este Seis tan redondo me recuerda a una vidriera de iglesia, a uno de esos rosetones por donde la luz se filtra y te regala una experiencia de colores. Colores que casi se pueden comer, que se absorben por los ojos y la piel, pero que también nutren la vivencia interna de cada cual. Lo eligió alguien que estaba disponiéndose a recibir cada vez más, avanzando tanto profesional como personalmente.



Este Yinyang contiene espirales de Seis puntos, hechas a partir de hexágonos. Incorpora así un remolino que ralentiza y concentra el movimiento del centro, prestando más atención al origen. 

Comparad con este otro Yinyang, el más conocido:

En este caso, el énfasis está más en la alternancia, la complementariedad y la generación mutua de las dos fases.


Que no os engañe la suavidad de este Siete. Lleva un impulso potente para materializar aquello que apenas se nota, pero que está listo para hacerse tangible, para presentarse al mundo. A veces, cuanto más sutil es el trabajo, más fuerte es el influjo que lo empuja hacia el reino de lo creado. En inglés, dicen "easy does it": se consiguen las cosas cuando se hacen con suavidad.



Este Tres se lo quedó alguien que quería equilibrar varios aspectos de su vida profesional. La decisión que tomó es un ejemplo de reconciliación de opuestos: repartir el tiempo entre dos tareas muy diferentes, ambas de alta responsabilidad.



Este Cuatro expresa la oscuridad sin disimularla, y expresa también la luz que surgirá de esa oscuridad. Lo dibujé para el solsticio de invierno, pero sirve para cualquier momento en que parezca que el sol no va a crecer, que se está quedando quieto.



El Cinco se relaciona con Venus, porque el movimiento de este planeta dibuja una flor parecida a ésta, de cinco pétalos, si lo miramos desde la Tierra. Su belleza aporta diplomacia, y elegancia en las emociones y los afectos. El Cinco no se aferra a nada, se adapta a todo, encuentra siempre la manera de seguir creciendo. (Hay una escena en la película La princesa Mononoke que lo ilustra maravillosamente: cuando Lady Eboshi quiere disparar al espíritu del bosque, y éste dirige su mirada al fusil con que ella le apunta; la madera del arma cobra vida y le crecen brotes, ramitas, hojas.)



Este Seis, en forma de "Semilla de Vida" (seis circunferencias alrededor de una séptima que queda en el centro) se coloreó teniendo en cuenta lo curvo, más que lo recto. Pero incorpora muchos rectángulos √3, que son aquellos cuyas diagonales dibujan dos triángulos equiláteros. Esto significa que este diseño, aparte de ser un Seis receptivo y creador de armonía, también tiene marcado el Tres, que da contención y fuerza.



Este Cuatro es un cuadrado "descuadrado": recoge y ordena, pero se da un cierto margen de maniobra, se da permiso para captar los matices.



Este Seis se dibujó para una persona, pero también para un espacio. Tiene algo de escudo de camuflaje, de espejo selectivo. En función de cómo te aproximes a él, te refleja hacia afuera devolviéndote tu propia imagen, o te deja pasar.



Este Seis enfatiza la receptividad y también la correspondencia, el Dos. Así potencia el equilibrio entre dar y recibir, sin perder nunca el propio centro. Se dibujó sobre lienzo, en un formato un poco más grande que los demás diseños, no porque hubiera que resaltar multitud de detalles, que también, sino porque algunas veces... es necesario un objeto más corpóreo, que declare "aquí estoy, me puedes ver". Así es como funciona este Seis, una adaptación de la "Flor de Vida": dieciocho círculos alrededor de un decimonoveno central.


Este Tres incorpora al Uno de manera explícita, porque la forma triangular está hecha de arcos de circunferencia, además de estar parcialmente inscrita en otra circunferencia; y porque el trazo del Tres está estructurado como un nudo celta, en forma cíclica. Las redondas y los ciclos son del Uno. Juntar ambos números hace que, en este diseño, estén presentes tanto la máxima contracción, del Tres, como la máxima expansión, del Uno. Sin embargo, este contraste no lleva a un choque, sino al equilibrio. Los colores también son fríos y cálidos, con preferencia de estos últimos. El conjunto invita a traspasar más allá de los opuestos, a reconciliar los contrarios.



Este Cinco contiene muchas estrellas pentagonales. Está hecho casi completamente de rectas. Se dibujó antes de empezar la primavera, en ese momento en que las plantas empiezan a desperezarse para luego echar brotes y flores. Cuando se nota que la savia ya se está despertando.



Este Seis lleva el Tres y el Dos muy marcados. Al principio, las líneas del rectángulo √3 y la estrella hexagonal le confieren cierta dureza, pero si lo miras un rato, verás que las curvas lo suavizan. Acaba ganando la dulzura.