martes, 17 de julio de 2012

Final del trayecto, por ahora, y la finalidad de aprender de números

El objetivo de este blog está cumplido, por ahora: dejar por escrito, en castellano y para todos los públicos, un recorrido del Uno al Doce, y una aproximación a algunos objetos matemáticos de interés.

Espero que lo encuentre quien lo necesite, y que quien lo necesite lo encuentre. A mí me ha ayudado a entender muchas cosas, y me quedan aún tantas.

Iré ampliando la bibliografía cuando encuentre más libros imprescindibles. También ampliaré los conceptos y sus interrelaciones, pero hasta aquí está lo más básico.

Disfrutad mucho de los números, seguramente se lo merecen y os lo merecéis.

Aprender para qué sirven los números vale la pena.

Cuando un número plasmado no se corresponde con lo que queremos de él, no es su culpa: el error es nuestro. Nos hemos equivocado de número.

No le pidamos a un Siete que haga lo que necesitamos... ¡si, en realidad, necesitamos un Doce! Solo conseguiremos incomodarnos porque el Siete no cumple nuestras expectativas. Y acabaremos poniendo nuestra energía a hacer de Doce pero, encima, habiendo de contrarrestar el Siete que tenemos delante. Un dispendio inútil.  

Si me hace falta una llave inglesa pero intento trabajar con un destornillador, me voy a cansar mucho y conseguiré poco, o nada.

Conocer lo que cada número hace por nosotros es la manera óptima de obtener lo que necesitamos, de que nuestro deseo, nuestra energía y nuestra realidad vayan a la vez. Si el número apoya el movimiento que estamos haciendo, nos costará menos hacerlo. Iremos a favor de la corriente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario