En otras entradas de este blog, se habla de las plantas que corresponden al "Agua del Agua" (la raíz de la Rehmannia glutinosa), y al "Fuego del Fuego" (la flor del helenio), tal como las describió Tao Hong-Jing. En esta entrada, sigo dibujando otra planta más, relacionada con otro Elemento distinto: la Madera, que también se relaciona con el Viento.
"La Madera de la Madera", es Gui Zhi, la ramita de canela (o Ramulus Cinnamomi). Si la Rehmannia era una raíz, la canela es una rama.
Di Huang, la Rehmannia, es el principio, la semilla. Es el invierno. Es el Uno y el Seis.
Gui Zhi es otro principio, un poco posterior: el brote, el tallo, la rama. Es la primavera. Es el Tres y el Ocho.
La Madera, pues, es Tres y Ocho... me gusta representarlos con una imagen plana (el triángulo) y otra tridimensional (el octaedro, porque 23 es 8).
La Madera y el Viento se agitan a la vez, como las hojas en las ramas de los árboles cuando sopla la brisa. Ambos aparecen con fuerza en primavera.
Su manera de crecer, de expandirse, también se me antoja parecida. Los vegetales son insistentes en su crecimiento, no hay más que ver una acera partida en trozos por las raíces de un pino. El viento, aunque no lo veamos, agita a la materia que sí se ve, y acaba modelando formas en los árboles y las rocas.
El Elemento Madera se mueve y crece de esa forma. No siempre es espectacular, pero con frecuencia se vuelve exuberante y, a veces, imparable: con una clara tendencia a abrirse paso, a aprovechar la mínima grieta. Como el Viento, que también se cuela por cualquier rincón.
La Madera es el brote que se expande, que se atreve a soñar con una vida más arriba, más allá de la oscuridad y el cobijo de la tierra. Tiene que ver con el Hun, la parte del alma humana que vuela, imagina, proyecta y se lanza hacia adelante. También se relaciona con el Hígado que, en el cuerpo, sería "el General de los ejércitos".
La ramita de canela, en medicina china, precisamente asiste a la energía defensiva, la que circula por la capa externa del organismo, debajo de la piel. Esa energía, el wei qi, nos protege, diciendo "yo llego hasta aquí; de aquí hacia adentro, no pases, porque estoy yo". El Viento quedará fuera, porque Gui Zhi calentará suavemente ese grosor de piel y músculo que es nuestra capa superficial.
La Madera nos hace imaginar y crecer.
La Madera es el Tres y el Ocho.